Y es que se calcula que estos pequeños insectos son los responsables de la polinización de un tercio de la alimentación mundial.
“Todos los animales son maravillosos, hasta el gusano que nos parece asqueroso. Todos son increíbles... si les conoces”, afirma el apicultor Gerardo Pérez.
Él empezó a trabajar con las abejas hace más de 30 años, pero continúa fascinándose cada día con ellas:
“Las abejas son grandes desconocidas.
Forman sociedades complejas y perfectamente organizadas, de las que los seres humanos podríamos aprender mucho”, explica.
Tras estudiar Magisterio en Madrid, Gerardo Pérez metió su vocación de maestro en la maleta y puso rumbo a una vida rural, cercana a la naturaleza y alejada del ruido urbanita.
Llegó al espectacular paraje de la Sierra de Gredos y allí creó algo único: el ‘Aula Museo Abejas del Valle’, un centro de educación medioambiental donde niños y mayores pueden descubrir el apasionante mundo de las abejas: “Creo que el amor a la naturaleza viene por el conocimiento. Solo la podremos amar y respetar si la conocemos”, concluye.
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