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Todo club deportivo de tiene sus hinchas
Pero en ocasiones el sentimiento de los aficionados se transforma en fanatismo y odio al adversario. El fenómeno se aprecia por todo el mundo, pero singularmente en Europa.
Las razones que aducen para mostrarse tan violentos en el fondo importan poco: cualquier pretexto es bueno para empezar una pelea.
Se convierte en una apuesta personal, una forma de vida, hasta el punto ser más relevante lo que se gana a puñetazos en la calle que los logros de su equipo.
Todo club deportivo de tiene sus hinchas, pero en ocasiones el sentimiento de los aficionados se transforma en fanatismo y odio al adversario.
El fenómeno se aprecia por todo el mundo, pero singularmente en Europa.
Las razones que aducen para mostrarse tan violentos en el fondo importan poco: cualquier pretexto es bueno para empezar una pelea. Se convierte en una apuesta personal, una forma de vida, hasta el punto ser más relevante lo que se gana a puñetazos en la calle que los logros de su equipo.
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